Marley -un juguetón
cachorro de labrador- llegó al hogar de los Grogan cuando éstos eran una pareja
de recién casados. Al tiempo que crecía hasta volverse un musculoso adulto de
casi cincuenta kilos, también los acompañó en la evolución de la propia vida familiar:
un embarazo frustrado, tres hijos, dos traslados de domicilio, cambios
laborales... Y aunque no era fácil convivir con un animal activo, optimista y
leal, pero también un verdadero huracán destructor, Marley llegó a convertirse
en un elemento crucial de la familia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario